22 enero 2007

Hoy desperté

Querida Petra.

Hoy me desperté inquieta. Algún sueño enredado en mi inconsciente que no puedo recordar, pero que me ha dejado mal. Mi boca estaba seca, mi corazón acelerado y mi cuerpo tendido en el suelo de la habitación. Ni siquiera notaba el frío suelo, ni los ladridos de mi perra encima mía, espetándome a una reacción.

Observándome mejor me miré desde arriba, noté mis ojos abiertos, inexpresivos, vidriosos. Arrimé un espejo a mi boca... No había vaho, en mi nariz tampoco. Mi boca abierta y un pañuelo alrededor de mi cuello empezaban a molestarme, te juro que nunca me he comido las uñas, pero es que, ha sido desolador, alguien, al parecer me ha asesinado.

Como lo lees, ¿a que te has quedado de una pieza? pues como yo.

Examino la habitación y no veo nada raro, desordenado todo, como siempre, ya me conoces... No falta nada. Mi perra ladra, no deja de ladrar y son las ocho. Ahora gime, no puede entender que no me mueva.

Estoy aturdida. Son las diez y ahí sigo y, aquí sigo...

Ahora tengo que dejarte, la perra ha ido a beber ya comer algo y no se si anoche le dejé comida.

Te escribo luego.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por tu despertar.

Una forma de hablar con mi niña interior, también puedes hablar con la tuya desde este blog... y por supuesto, también puedes ser Petra... Saladina Cuenca Milán ©