22 enero 2007

300466

Querida Petra.

Te escribí esta carta hace 40 años y 9 meses, como sé que eres una despistada he hecho una copia para ti.

Mi querida Petra:

Acabo de llegar, son las dos de la madrugada, lo sé porque todo está oscuro y ya hace varias horas que comí.

Hace un poco de frío, tengo el cuerpo húmedo y algo dolorido, al parecer algo me ha golpeado brutalmente bajo mi espalda y me he despertado sobresaltada..., tosiendo y vomitando un líquido extraño. No he podido evitar el desconsuelo y he roto a llorar.

Unas luces muy potentes ciegan mis ojos, los temblores por el miedo y el frío apenas puedo dominarlos. Alguien introduce algo rasposo en mi boca, más tarde me ha secado y arropado, comienzo a calmarme...

Como puedo abro los ojos, aunque no distingo nada. Ya no tengo frío, ni miedo..., muy al contrario, alguien me esta abrazando y me da calorcito. Su olor no es desconocido, ni el tono de su voz..., suena a ti, pero no eres tu.

Ahora tengo sueño, luego te cuento.

Bueno, querida amiga, quiero que sepas que no estoy enfadada porque las hayas extraviado, así que te iré mandado copias de aquellas cartas.

Un abrazo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Querida mía:
Me alegro, que tuvieses en cuenta lo desastre que soy, y que predijeras con tanto tiempo que el destino final de tus cartas iba a ser el extravío. ¡Qué bien me conoces!, ya sabes que soy un despiste...
Me alegro de que guardarás copias y que esas mismas copias, sirvan hoy para refrescar mi memoria, ahora que estás tan lejos...

Una forma de hablar con mi niña interior, también puedes hablar con la tuya desde este blog... y por supuesto, también puedes ser Petra... Saladina Cuenca Milán ©